miércoles, 30 de noviembre de 2016

FOBIA AL MÉDICO

Ante una dolencia… con sólo pensar que tengo que acudir al médico especialista me pone mal…. Pero ese malestar se prolonga desde antes, durante y después si tengo que repetir la visita.
En lo personal…. Me cuesta acudir al DENTISTA… y lo peor de todo…es cuando el dentista es un familiar directo al que no le podés inventar excusas porque conoce cada uno de tus horarios y actividades.
Me pasó ayer… tenía desde hace una semana, turno para esta mañana 11:30 hs. Ayer me recuerda el dentista…¿ vas mañana no?, traté de poner mi mejor cara de asombro y hacerme la olvidada del turno (confieso que no me creyó) … Ah!!! Si si… mañana era?? Si si… no pude zafar.
Desde el principio la visita al dentista es escalofriante. Hay personas que van alegres al dentista sin que las empuje el dolor.. pero esa gente es muy rara…. Esa gente va para prevenir (yo en la vida iria al dentista para prevenir…) para prevenir caries. A mi me empuja el dolor!...
Ir al dentista tiene tres fases: La primera: cuando te duele una muela… se te acaba el mundo… no podés pensar en nada más, te da lo mismo todo! Lo único que te importa es el dolor. Hacés lo que sea para no ir al dentista y aceptás cualquier consejo: porque uno dice…no no, se me va a pasar.. y ahí empiezan todos a opinar “ponete una aspirina justo en la muela”, “masticá ajo” “ponete hielo, tomá helado”, otros te dicen “dale calor, calor, así se muere el nervio” “mordé un pañuelo”, “ponete anestecia que se vende sin recetario”….
Pero después de cinco noches de no poder dormir, de haber probado todas las estrategias para eliminar el dolor, de haber tomado todos los calmantes que se te ocurran, el dolor sólo te empuja a sacar un sobre turno al dentista. (contra tu voluntad.)
Llegas al consultorio, muerto de miedo… y no se si te pasó, tocás el timbre…y el dolor se te pasó y pensás para que vine?? Pero ya estás ahí. O entrás a la sala de espera y el “olor” a dentista…. Viste que es particular el olor a dentista…bueno con el olor el dolor se va…pero ya es tarde.
Cuando ya estás ahí, empieza la segunda fase: Mientras hojeas una revista del 98…. “romance entre los protagonistas de verano del 98”, nunca cambian las revistas viste…, lo cierto es que mientras hojeas esas revistas viejísimas.. pensàs que no deberìas estar ahì.  Despuès hacès un paneo por toda la sala y ves un cuadro de una dentadura gigante y una muela que sobresale y te mira fija mientras te sonríe, en ese momento lo último que quiero ver es una muela sonriendo!, en ese momento es mi enemiga!... Esa espera es interminable y aterradora mientras escuchas el amigo torno que está haciendo sufrir a otro que llegó desesperado igual que vos de dolor molar!
Después de una hora de espera… ni siquiera se asoma, te llama a viva voz, tirás la revista amarilla y acà empieza la tercer fase de esta visita….el encuentro cara a cara con el dentista.
Sin màs preguntas te hace recostar en su sillón, barbijo, luz escrachadora en medio y una vara de hierro en mano y lo único que pide es que “abras bien grande la boca” y empieza a golpear cada una de tus muelas buscando la caries….que a uno le dan ganas de decirle… “no la ves a la muela con caries…la del fondo”, no ellos te inspeccionan una por una y te dice “decime cual te duele”…yo ya se cual me duele..hace cinco días que aguanto el dolor…
Después te ponen una manguera en la boca….
Vas por la muela con dolor, pero siempre te encuentra algo más… tiene tres minuciosas caries que hay que tratar a tiempo, además de un poquito de sarro, además de bruxismo que habría que realizar la barrera protectora para las noches y un blanqueamiento….
El dentista me pone muy nerviosa, nunca te dejan cerrar la boca… a mi siempre me pasa que mientras me hace abrir la boca… me hace preguntas con la boca abierta…. ¡cuánto hace que te viene doliendo¡?? (eso lo hacen a propósito!!)
Lo peor es cuando te dice: uhhh esa muela está en las últimas…. Podemos matar el nervio…extraer el nervio o tratamiento de conducto… nada peor!, me corre un terrible escalofrío… “la vamos a tratar de salvar te dice”, porque esa manía de querer salvarla yo me pregunto, para que aumentar el sufrimiento! La muela no me deja dormir hace unos cuantos meses y el dentista la quiere salvar!. Pero te lo dicen mientras estás con la boca abierta, la manguera en la boca, la luz en la cara y el torno al costado, que podés opinar en esa posición, no te queda más opción que aceptar.
Lo peor es cuando te dicen “te voy a anestesiar, es un pinchoncito”, pero justo ahí donde te duele. Y arranca con el torno. A mi me pasa que aprieto fuerte los ojos….
Cuando la osadia de arreglar la caries termina, te levantás, te receta unos cuantos antibióticos y calmantes y te pide que saques turno para dentro de un mes para hacernos un control y una limpieza, a lo que le decimos que si, que dentro de un mes andamos por ahí, pero nosotros sabemos realmente que nunca más vamos a pisar ese consultorio, por lo menos hasta la próxima caries. 

2.- Asistir a las consultas médicas, generan perezas, pero es muy importante cuidar la salud y prevenir cualquier enfermedad. En este sentido, una revisión médica periódica es la mejor opción para detectar problemas antes de que ocurran y diagnosticar enfermedades en sus etapas iniciales. 
Los especialistas insisten en que cualquier persona que presente uno o varios síntomas desconocidos, e incluso aquellas aparentemente sanas, deben asistir a un chequeo anual para conocer el estado actual de su organismo y disfrutar de una vida saludable.
Ventajas
º Detectar enfermedades a tiempo.
º Evaluar si existen riesgos que puedan poner en peligro la salud a futuro.
º Fomentar un estilo de vida más saludable.
º Conocer a los especialistas que pueden tratarte en caso de padecer alguna enfermedad y mantener actualizado el historial médico.
º Actualizar las vacunas.
¿Cada cuánto tiempo?
Los médicos recomiendan asistir a consulta para un chequeo completo cada año. Cada persona es libre de visitar a su médico de confianza cuando lo desee, pero a pesar de que no te sientas mal es conveniente que te realices un control médico para descartar cualquier problema.

Chequeo según tu edad
3- Para finalizar, yo soy fanática de sondear estas cuestiones para ver si a mi sola me pasan estas cosas o si somos muchos! , por eso realice una pregunta…. ¿qué especialista médico te da más fobia?, ¿cuáles son los galenos más temidos:
Puesto 1. El dentista… algunos sospechan de la actividad que realiza el Ratón Pérez… creen que es cómplice con el galeno odontólogo……. el temor al torno…
2. ginecóloga y todos sus derivados…… todo el peso de la palabra y lo que conlleva… de sòlo pensarlo….
3. Médico clínico: Ir al médico, te genera la idea fija que tenés una drástica enfermedad .. te receta una larga lista de análisis… vas con cara de que es tu último día a hacértelos … y después estás ansioso por ir a retirarlos, cuando los buscás lo primero que hacés es abrirlos y leer los resultados, comparar con los niveles normales…..te decis “bueno, estoy bastante bien”.. te genera alivio…. Y a veces con tal de no pasar por la laaarga espera de consultorio… no volvés (error!) 
4. psicólogos…. Sobre todo al finalizar la consulta y te dice “son $500” y decís “¿pero si hablé todo yo????” 45 minutos hablando y encima ….
5. el médico de guardia: que te mira y te dice: dolor agudo abdominal; nausseas?’’ que ingirió?? .. si te la pasaste de jarana te mira y te dice y siiii es gastroenteritis, y si no te dice que es un virus que anda dando vueltas, y si le contás tu rutina diaria te dice que es estrés….
6. cardiólogo
7. nutricionista… y el miedo a enfrentar la balanza… cuando tenès un objetivo que cumplir… y sabès que te comiste una porción de torta de màs el fin de semana.
8. urólogo.. y todo lo que implica…
9. endocrinólogo
10. gastroenterólogo
11. traumatólogo

Reflexión final: A pesar de la pereza que genere….. La Salud es lo primero!. 

EL PEATÓN

Resulta ser, que iba cruzando una esquina (cualquiera, la más transitada, peligrosa, divertida, melancólica) lo cierto es que iba cruzando por la senda peatonal. En el borde contrario de la calle que voy cruzando y sobre la senda peatonal, estaba estacionado (mal estacionado) un taxi, del cual estaba descendiendo un pasajero; por lo cual apresuro mi paso para llegar a la vereda de enfrente. En esta situación de ir cruzando, claramente tenía que esquivar el auto que ocupaba mi lugar de paso, entonces empiezo a pasar por delante del auto, cuando de repente, el señor conductor –por llamarlo de algún modo y no decir “el tipo que conducía el vehículo”, arrancó sin mirar ni tomar precauciones y casi me choca.
Abrí mis ojos bien grandes  -al mejor estilo de madre enojada- y le dije: “no ves estoy cruzando, ya se que mido 1,60 mts., pero eso no te da motivos a que me pases por encima con el auto” –esto último no se lo dije, pero lo pensé; y me quedé una cuadra pensando todas las cosas que le podría haber dicho al “tipo que manejaba”. 
Pero este hecho, lo contrapuse con otra situación que viví hace algunos meses. Otra esquina, (no cualquiera, una muy concurrida), la avalancha de autos era interminable (en hora pico de vehículos circulando en la ciudad), y no podía cruzar. En eso, un buen señor –este sí era buen señor- frena su automóvil  y me da el paso, me hace seña de que podía cruzar, a lo cual, yo me pongo muy contenta porque un caritativo me estaba dando el paso, y empiezo a cruzar casi corriendo …;  y en eso, el “tipo”, porque ahora deja der ser “el buen señor” y se transforma en “el tipo que manejaba”, baja el vidrio de la ventanilla y me gritó enojado “por lo menos agradecé que te di el paso”. El señor se ofendió porque  yo no tuve un acto de cordialidad ante su buena actitud.-

Si hablamos del conductor, podríamos estar mucho tiempo discutiendo si en la ciudad manejan bien ó mal, si se respetan las normas, etc., y abriríamos un amplio debate, pero esta vez, estas dos situaciones, me llevó a pensar y reflexionar en la figura del peatón. 
Los caminantes también cometen infracciones que pueden desembocar en graves siniestros, esto se debe a conductas imprudentes por parte de los caminantes por la vía pública.
Dentro de las faltas más comunes que realizan encontramos:
1.    Los que no respetan el semáforo rojo de peatón / verde para el conductor automovilístico.
2.    Otra falta es cruzar por lugares indebidos, ya sea por la mitad de cuadra o fuera de la senda peatonal. 
3.    Otro riesgo es parar o, incluso, caminar sobre la calzada.
4.  También es muy frecuente observar personas que cruzan corriendo, se apuran antes que el semáforo
ccambie a verde y cruzan en los últimos 3-2 segundos… 
5.   Cruzar entre autos, subir o bajar en forma incorrecta de transportes públicos.
6.  Y, está de moda el peatón distraído por utilizar celular o ir escuchando música.

Recomendaciones para el peatón, empezar a poner un poco más de atención, y  todo lo que debería ser y no se hace, empezar a implementarlo.


Reflexión final: Siempre la culpa la tiene el que circula en vehículo, pero como peatón, cometemos muchas infracciones.